
A pesar de las burlas de sus compañeros de universidad y colegas, el estudiante de derecho Mauricio Campos Gómez sigue buscando los mecanismos jurídicos para ser reintegrado a un grupo de WhatsApp del que lo eliminaron, supuestamente, por sus posiciones filosóficas, de acuerdo con EL TIEMPO.
El alumno de Uniciencia, en Bucaramanga (Santander), ya instauró una tutela contra Helio Díaz, quien lo eliminó, alegando que se le violó el derecho a la no discriminación, pero esta fue negada por el Juzgado Sexto Civil Municipal. El afectado impugnó la decisión y ahora está en proceso de reparto ante los juzgados civiles del circuito.
“Esto se ha vuelto viral porque lo que se piensa es que me sacaron de un grupo de amigos y no. Por eso me cogieron de burla y esto es algo serio. Ese grupo es el que tenemos los estudiantes de consultorio y ahí nos llegan las notificaciones del día, como quiénes tienen audiencia, quiénes tienen que llegar al proceso y esto perjudica mis labores académicas”, sostiene Campos.
Campos dice que esta tutela, que redactó en diez días, es la mejor que ha hecho y cree que saldrá favorecido.
El estudiante de noveno semestre cree que el juzgado no aceptó la tutela porque como se está sentando un precedente a nivel nacional un juez de primera instancia no se va a meter en ese 'problemita'. "Vamos a ver si un juez de segunda instancia lo hace. Aquí quien tiene los pantalones es la Corte Constitucional”, aseguró.
Campos dice que esta tutela, que redactó en diez días y que sería la primera de ese tipo en el país, es la mejor que ha hecho y cree que saldrá favorecido.
“Existe un reglamento de WhatsApp, todo el mundo dice yo ahí hago lo que quiera y no es así. Entre las prohibiciones está vulnerar los derechos de las personas y comportamientos ilegales como cometer un acto discriminatorio”, manifestó.
El futuro abogado dijo que antes de instaurar la tutela habló con el administrador del grupo para que lo reintegrara y como no accedió acudió a la tutela. Aunque pensó en una demanda ante la Fiscalía lo descartó porque así el proceso tomaría más tiempo, incluso después de graduarse.
“En la universidad soy el hazmerreír y la mitad de la facultad no me quiere, pero eso no me afecta”, concluyó Campos.
