
El idilio que la prensa y los británicos tenían con la actriz estadounidense Meghan Markle, esposa del príncipe Enrique de Inglaterra, parece que ha llegado a su fin.
La mala hora de la Duquesa de Sussex empezó luego de conocerse la renuncia de otra asistente, la segunda después de su boda el pasado 19 de mayo en el castillo de Windsor, lo que ha aumentado los rumores sobre el mal carácter de Markley el trato despectivo con sus empleados.
Samantha Cohen, secretaria privada de los duques, anunció que abandonará su trabajo una vez nazca el bebé que esperan Markley y el príncipe Enrique la próxima primavera. Cohen, de 50 años y origen australiano, había sido secretaria de comunicación y asistente de la reina Isabel II y trabajaba para Buckingham desde el 2001.
A principios de año, Cohen fue enviada directamente por la reina Isabel II para que ayudara a la entonces prometida de Enrique con el protocolo real de cara a la boda que generó una gran atención mediática.
Antes de Cohen, también renunció Melissa Touabati, de 39 años y origen francés, quien durante seis meses fue la asistente personal de Markley. Touabati trabajó para el cantante Robbie Williams, pero según ‘The Daily Mail’, las cosas entre ella y la duquesa acabaron mal.
En las últimas semanas, los medios británicos han afirmado que Meghan Markle tiene una relación difícil con su cuñada, Kate Middleton, duquesa de Cambridge, lo que ha empezado a alejar a Guillermo y Enrique.
El palacio de Kensington informó el mes pasado que los duques de Sussex, Meghan y Enrique, se mudarán en 2019 a Frogmore Estate, en la hacienda real de Windsor, después de vivir este año en un chalet próximo a Kensington, donde tienen la residencia oficial los duques de Cambridge, Guillermo y Kate.