
El cantante nacional, Yuri Buenaventura (su apellido de pila es Bedoya), se convirtió en el protagonista de la más reciente edición de la Revista Vea, donde relató detalles personales y profesionales.
Buenaventura detalló sobre la dura situación económica de su familia en su infancia, donde vio de cerca la muerte hasta en dos veces; no obstante, el romance de sus padres fue lo que más llamó la atención, puesto que no muchos la conocen o la recuerdan.
Según Yuri, Nery Giraldo y Manuel Bedoya, sus padres, se enamoraron cuando ambos estaban entregados al Señor: ella era monja de claustro y él, cura.
“Se conocieron en el convento, se enamoraron, se retiraron, y les fue concedida la dispensa por el papa Pablo VI”, publicó el medio.
Posteriormente, la pareja contrajo nupcias y se radicó en Buenaventura, un cambio que resultó especialmente drástico para la mamá de Yuri, puntualizó él.
“Fue un amor luchado, porque llegaron a un espacio distinto al de donde se formaron. Mi mamá ya llevaba 10 años en el convento, era monja de claustro, había hecho los votos y ya se había casado con Jesús. Llegar allá fue un cambio muy drástico”, señaló el cantante en la publicación, y hasta ahí dejó el tema de sus padres.
Pero, esta no es la primera vez que el artista da detalles de esa curiosa historia; teniendo en cuenta que hace un tiempo lo hizo en El Espectador, donde reveló más sobre la forma en que se conocieron sus padres.
“Los curas comían donde las monjas y ella lo veía. Las monjas podían ver de adentro hacia afuera, y él jugaba fútbol, tocaba guitarra, basquetbol, estaba en teatro, estaba en todo. Mi mamá entró de 15 años al convento y salió con mi papá de 25. Se fueron para la selva, al Pacífico, en 1963”, expesó el artista.
En ese momento, Yuri Buenaventura, explicó que, aunque sus papás pidieron su retiro de sus cargos, ambos siguieron su vocación religiosa.
“Mi mamá nació en Anserma, Valle, y sigue siendo una monja de claustro, porque todavía vive en la casa encerrada, es artesana, pinta y lee la biblia 15 horas al día. Mi papá, del Chocó, tiene la vocación sacerdotal todavía y hace obras sociales en Buenaventura con los pescadores”, concluyó.