
“¡Mira¡, Ahí va el ‘pelao’ Carlos. El hijo de Luis Aurelio y Araceli. Ese es el delantero goleador del Pescaíto Fútbol Club”, así le decían al cantautor samario Carlos Vives, cuando iba corriendo, descalzo, hacia la cancha de tierra para jugar con sus vecinos y entrañables amigos.
A través de un spot publicitario, el cantante de éxitos como “La Tierra del Olvido” y “Volví a Nacer” tenía, antes de la música, otra pasión que lo hacía sentirse pleno, enérgico y feliz: el fútbol. En su natal Santa Marta, Vives era conocido como una estrella del balompié.
René Valderrama, uno de sus amigos de infancia, cuenta con nostalgia que ‘Carlitos’ estuvo tentado por un equipo europeo. Él tenía todo para brillar en este deporte y ganar mucho dinero; sin embargo, escogió el arte como su profesión, aunque muchos no se lo tomaron en serio al principio.
Cuando Valderrama le pregunta a su conyugue cuáles fueron las razones que motivaron a Vives a rechazar tan jugosa oferta, ella le responde “Eche, y yo que voy a saber”, con el desparpajo que caracteriza a los costeños.
Una de sus vecinas, Esperanza Martínez, dijo que, el muchacho, cuando corría de aquí para allá, con sus veloces piernas “era una belleza”. En el momento que supo que sería actor y cantante quedó “estupefacta”.
Por su parte, el agente de fútbol D. Shervchancka dijo que Carlos, en su juventud, jugaba increíblemente. “Queríamos que viniera a jugar a uno de los mejores equipos de Europa, pero pasó el asunto de la música”, indicó.
El artista narró con gracia que ya se habían hecho las negociaciones. “Me iría para Europa del Este e iba a ser una estrella de fútbol reconocida, pero había algo que no me convencía… no sé, mi barrio, mi gente, el sabor de mi tierra, el idioma”.
Vives, entre risas, dijo que había algo más importante: “Yo quería que el Pescaíto Fútbol Club llegara a la A”.
Carlos Vives, quien interpretó al legendario Rafael Escalona, dijo que no se arrepiente de su decisión y que tanto la música, como el deporte, tienen en su amada tierra un sabor diferente.
